Brave Blood, todo un éxito
Escrito por Manuel Conde
Mayra, Javier, Iván, Moisés, Enrique, Jorge, Nicolás, Heriberto y Luis todos ellos con segundos, minutos, horas y días de constante disciplina y dedicación por parte de cada guerrero tlaxcalteca. Cada día de entrenamiento nos enfrentaba a un nuevo reto frio, sol, lluvia, aire.
Eso nos ponía como objetivo la montaña y la madre naturaleza, era una prueba para medir nuestro espíritu de peleador y al fin llegamos a la cumbre todos de la mano como un verdadero equipo, si a la cima de “La Malinche” forjadora de almas aventureras.
Los ríos de sudor en nuestros cuerpos el dolor que en la piel y en los músculos nos anunciaba que la hora se acercaba, si la hora de estar en el ring frente a nuestro fuerte oponente. Se veía al echar un vistazo a nuestro reloj, así transcurría todas las secciones de nuestro entrenamiento que terminaba con una buena camaradería y una que otra buena broma. Y al fin la semana que todos esperábamos el trabajo se intensificaba.
¡Manos a la obra!
Al siguiente día, temprano muy temprano desde Toronto, Canadá, Kru Chris, Codi y Dustin tomaban el vuelo hacia la ciudad de México, en el cual la comitiva ya los esperaba para trasladarlos hacia el pueblo mágico de Huamantla.
Y por ahí del medio día, el equipo Canadiense hacia su aparición en las salas de llegadas de la terminal 2 del Aeropuerto Internacional “Benito Juárez”, de nuevo dos viejos amigos se encontraban con un fraternal abrazo y refrendaban su amistad. Kru Chris inmediatamente con papel en mano y con palabras en español nos decía que “el triunfo será para el equipo de la hoja de maple”.
El día 14 de agosto a las seis de la mañana en la central de autobuses de la ciudad de Puebla, llegaban desde Puerto Vallarta, Jalisco, el maestro José Luis "Rayo" Uribe y sus tres guerreros, entre ellos, el peleador internacional, Guillermo "Willy" Estrada, hombres de honor y de palabra.
A medio día hacia lo propio desde Coatepec, Veracuz, el maestro Tony Garrido junto con Haza, el buen gallo de este pueblo cafetalero. Y las entrevistas no podían faltar por parte de la Coordinación de Radio, Cine y Televisión (CORACYT) por medio de su incasable equipo comandado por Giovanni Valdés y desde luego las publicaciones en el periódico El Sol de Tlaxcala, por medio de su reportero, Francisco Hernández.
¡Noche mágica!
En la tarde-noche el equipo Canadiense iría a la corrida de toros para ver el valor de los hombres que se juegan la vida en un ruedo al igual que un peleador en el ring y ya en la madrugada todo un pueblo no dormía salvo los guerreros que debían descansar para la gran gala.
Gran Gala…
El 15 de agosto, día de fiesta, día de peleas todo estaba listo, a las 8:00 horas en la escuela Thai Boxing Center del maestro Jorge Conde Gutiérrez, se realizó la ceremonia del pesaje que certificaba el secretario de la Asociación de Boxeo Thailandés del Estado de Tlaxcala A.C., Guadalupe López Aguilar que fungió como Chairman.
El compromiso era llevar esta gala con claridad, honestidad y a buen termino. La ceremonia la abría Uriel Aragón de la escuela debutante de Tlaxco, encabezada por el profesor Jesús Conde.
La emoción y adrenalina subían a cada instante las miradas de los peleadores se cruzaban unas con otras, todas ellas llenas de inteligencia, coraje y determinación. Sin eso, sería imposible subirse al campo de guerra, el ring. A las 18:00 horas, la comisión de jueces integrada por Francisco Marín, Raúl Aquino, Juan Torres, Alberto Langle y Delfina Xochitémolt estaba lista al igual que los paramédicos de la Cruz Roja, Everardo Riveroll y Ana María Hernández y desde luego el médico, Manuel Muñoz.
Y todo estaba listo
Javier Delgado e Iván Hernández abrían con una pelea de exhibición para posteriormente comenzar con la presentación de todos los equipos asistentes y luego pasar a los himnos nacionales de México Y Canadá. Ante un pletórico salón se detonaba el fervor y quedaba claro que ya existe una afición en Huamantla por este deporte y quedaba claro que ya hay una afición en nuestra ciudad, por este deporte.
Y otro momento lleno de emotividad fue cuando el coach, Kru Chris Kew me entregó un reconocimiento que siempre estará presente en mi corazón y hasta el ultimo día de mi vida. Y como dice un viejo adagio, la función tiene que continuar y todos los guerreros salieron a entregar la vida y a desafiar al destino, pero lo más importante es que todo salió bien gracias al respetable público, a los patrocinadores a quienes me ayudaron a la organización del evento, pero sobre todo a quienes en el ring demostraron tener Sangre Brava, sí Brave Blood.
